Transhumanismo Tuning
Las máquinas, sean computadoras, automóviles, o cortadoras de pasto, pueden ser objetos de apreciación por su belleza. Esta belleza no se halla solamente en las apariencias: Las máquinas pueden ser bellas por su eficiencia, por la calidad de su construcción, por su resistencia, por su complejidad, o incluso por su funcionalidad. 1
Aquellos que tenemos cualquier actividad relacionada a alguna máquina como hobby podemos dar testimonio de lo mucho que disfrutamos armando esas máquinas, lo bien que la pasamos mejorándolas y hasta la cantidad de tiempo al día que dedicamos a pensar sobre qué hacerles para que sean un poco ‘mejores’. (Aunque a veces no lo consigamos). Siendo ¿aficionado? a la mecánica y computer-boy anticipo que este texto va a estar plagado de referencias al mundillo de la computación y también al del automotor.
No necesitamos poner el foco en un nivel muy profesional o académico para encontrarnos con aficionados de las máquinas y su mejora. Tanto el rubro de la computación, el de la robótica o el automotor tienen muchas comunidades e individuos que buscan sacarle un mejor rendimiento a lo que poseen. Desde gamers que modifican sus computadoras para correr los últimos juegos, tuneando configuraciones, cambiando hardware, o haciendo uso de distintas técnicas de refrigeración, entre otras prácticas. Hasta fanáticos de autos, motos, o cualquier cosa que involucre un motor, invierten dinero y tiempo en hacer que sus vehículos tengan un mejor rendimiento. Ya sea para competir de manera amateur o en muchas otras ocasiones sólo por diversión.
En los últimos veinte o treinta años las comunidades de este tipo tienen su relato virtual en los foros o luego en grupos de Facebook. Se trata de personas intercambiando información, palabras de aliento, conocimiento en forma de comentarios o posteos, tutoriales o videos. Además, en estas comunidades online u offline, se forman mercados de intercambio piezas de segunda mano y servicios para la mejora de los dispositivos o máquinas que poseen. ¿Cuántos talleres mecánicos se dedican a la potenciación de motores gracias a que existen estas comunidades de gente con estos intereses? o en los últimos veinte años ¿Cuántos se especializaron en el remapeo de ECUs de automóviles/motos/cuatriciclos?. Abundan las publicaciones de venta de hardware de PC en los foros o hasta en Facebook Marketplace. Existen grupos de Telegram de compra y venta de piezas de autos a control remoto. Se organizan compras grupales de piezas de teclados mecánicos. Puedo seguir todo el día.
De algún modo en esta ‘bolsa’ de obesionados por las máquinas que generamos también podemos meter a aquellos que programan por diversión, ‘por amor al arte’. Entre otras tantas actividades también están los aficionados a la robótica, que combinan saberes de software, electrónica y mecánica. Hay todo un mundo allí que empieza desde un simple Arduino y termina quién sabe dónde.
Los entusiastas de las máquinas somos multitud.
El avance tecnológico ha permitido a las máquinas ser cada vez más eficientes. Lejos quedaron los automóviles de uso particular con motores entregando cerca de 6 caballos de fuerza por litro. Hoy en día cualquier motor de 1.6 litros aspirado entrega más de 100 caballos sin transpirar demasiado la camiseta. Las computadoras gigantes del tamaño de una habitación que existían en los años 60 son superadas ampliamente en capacidad de cómputo por el teléfono celular más barato del mercado. A pesar de estos avances, hay unas máquinas que no han mejorado tanto en comparación: nuestros cuerpos.
El transhumanismo propone mejorar física y mentalmente la condición humana a través de la tecnología.2 Más allá de los riesgos o beneficios que esto pueda implicar, me permito imaginar y hacer suposiciones sobre un futuro transhumanista en el cual, entre otras cosas, las personas podrían tener extremidades robóticas. Entusiastas de las máquinas dedicariamos muchísimo tiempo a tunear estas piezas. No sólo para hacerlas más “útiles”, sino también por el placer que genera mejorarlas. Si muchas veces nos obsesionamos modificando objetos que no forman parte de nosotros, al menos físicamente, ¿Cuánto más podría motivarnos tunearnos a nosotros mismos?
Supongamos que la producción a gran escala de piezas cyborg/robóticas es un hecho. Que la etapa de investigación militar ya pasó y que cualquiera puede ir y comprar su repuestito cyborg como quien va y se compra una cocucha en el kiosco. Grandes marcas van a copar la parada y competirán para quedarse con la industria (acá no hay potencial). Más allá de quiénes sean los que se queden con este negocio que hasta podría desatar guerras (!) me gustaría abordar otro punto: Los consumidores. Me imagino fanáticos de distintos vendors de piezas cyborg, así como hoy en día hay fanáticos de Intel o AMD, de Nvidia o de Radeon, de Ford o de Chevrolet. Las comparativas en internet abundarían, canales de Youtube dedicados a reseñas y comparación de tecnología cyborg. Sitios como Tom’s Hardware harían análisis exhaustivos sobre estos productos. En foros de internet populares como Reddit u otros más en la sombra de Internet los usuarios nos compartiríamos archivos para flashear el firmware de nuestros brazos robóticos y así modificar su comportamiento a placer, o incluso eliminar restricciones de los fabricantes. Tendríamos comunidad, de seguro.
Muchos talleres y comercios se dedicarían al aftermarket vendiendo accesorios de estas piezas, ofreciendo instalación, configuración, mantenimiento. Además, ¿Por qué no pensar en un mercado de segunda mano también? Facebook Marketplace estallaría. ‘Vendo kit de rodillas 360° Boston Dynamics, buen estado, sólo 6 meses de uso.'. Y bueno… un mercado no tan legal de piezas de dudosa procedencia probablemente también exista…
Lo que me parece una incógnita aún, más allá de cualquier suposición que podamos hacer, es la posibilidad de modificación que los hackers o aquellos a los que nos gusta jugar con las máquinas podríamos llegar a tener ante la fabricación masiva de este tipo de dispositivos. Si las piezas se comercializan y son totalmente privativas. ¿Qué tan legal sería modificarlas?, si asumimos los riesgos y las modificamos muy a pesar de la voluntad del fabricante, ¿Qué tan hackeables serán estas piezas?, ¿Habrá posibilidad real de modificarlas?, Luego de hacerlo, ¿A qué estaremos exponiendo nuestros cuerpos con estas modificaciones ‘no estándares’?, ¿Habrá una Verificación Técnica Obligatoria periódica?.
En la industria automotriz se utilizan protocolos propietarios de comunicación
para la transmisión de datos entre distíntos módulos computacionales en un
mismo auto. Si quisiéramos reemplazar una transmisión de un automóvil, por
poner un ejemplo, y ésta no tiene una ECU compatible, de nada sirve toda esa
montaña de aluminio y hierro que representa una caja de cambios. No va a
funcionar. Algo parecido sucede con computadoras personales como las que vende
Apple. Más allá de que alguien venga a gritarnos que sí, básicamente no se les
puede cambiar el sistema operativo. ¿Por qué querríamos comprar algo que no nos
deja utilizarlo como nosotros queremos?. Y todavía estamos hablando de un automóvil o
de una computadora personal. ¿Comprarías algo así para utilizar en tu cuerpo?,
¿Comprarías un set de ojos biónicos si no podés tener el control absoluto sobre
su funcionamiento? Como te podrás imaginar, yo no.
Así como habrían varios fabricantes superindustrializados de estas piezas mecánicas también podría haber mucho DoItYourself. Repositorios de GitHub con planos para imprimir tu componente cyborg, sitios con recomendaciones para imprimir tu PCB, proyectos open-source mantenidos por comunidades de usuarios para poder controlar las piezas y demás, interfaces universales que harían que el desarrollo de estas partes no sea una una pesadilla de compatibilidad. Esto es probablemente más un deseo que una posibilidad, pero ya que vamos a pensar en un futuro cyborg-transhumanista de yapa podríamos pedir que sea open-source. No me gustaría tener que depender de un fabricante que me venda un brazo que venga sin dedos porque estos se venden por separado, como pasa con los cargadores o los auriculares cuando compramos un teléfono3. Soñar no cuesta nada. Tengo muchas ganas de quedarme horas y horas tuneando un lindo juego de piernas robóticas.